Estamariu
Durante los años de la Segunda Guerra Mundial (1939-1944) miles de judíos atravesaron los Pirineos huyendo de la persecución a la que eran sometidos en la Europa ocupada por los nazis. Muchos de los que consiguieron huir, originarios de Alemania, Austria, Polonia, Holanda, Bélgica o Francia, cruzaron los puertos de montaña del Pirineo de Lleida en fugas épicas, desafiando la vigilancia a uno y otro lado de la frontera, la climatología, las nieves perpetuas y la dureza del recorrido.
El Alt Urgell fue la principal vía de penetración de los refugiados procedentes del Principado de Andorra. La mayor parte de los judíos llegaban andando a través de la montaña. Uno de estos itinerarios partía de Sant Julià de Lòria, atravesaba la frontera por el collado de la Rabassa y, posteriormente, se dirigía hacia Bescaran y Estamariu. Desde allí pasaba a la sierra del Cadí o a La Seu d’Urgell. Algunos judíos consiguieron llegar a Barcelona con la ayuda de redes de evasión que se habían establecido en Andorra y con la colaboración de numerosos vecinos de la comarca que se implicaron en su salvamento. Entre 1941 y 1942, algunos de los detenidos fueron devueltos a Francia, pero la mayoría fueron trasladados a La Seu d’Urgell, donde se les encerraba en la cárcel del partido judicial situada en el antiguo convento de Santo Domingo o se alojaban en hoteles. Después se les conducía a las prisiones de la ciudad de Lleida. Para todos ellos, el Pirineo de Lleida se convirtió en la penúltima frontera antes de alcanzar su libertad.